5 de febrero de 2015

Cuenquitos para velas hechos con cera virgen y flores secas


Pensando qué podría hacer con la cera que me sobra (tengo sobreabastecimiento), puse en el buscador “manualidades con cera de abeja”. Salieron unas cuantas, pero la que me llamó enseguida la atención fueron estos cuenquitos para velas que, además de bonitos, parecía fácil. 
La manualidad consiste en rellenar un globo con agua tibia del grifo e introducirlo en cera fundida (se utiliza también parafina), cuentas unos segundos y lo sacas, despacio. Lo apoyas ligeramente en la encimera donde has puesto papel encerado (para dejar plana la base), esperas a que enfríe (en un minuto está) y lo vuelves a introducir en la cera, así cinco o seis veces. Finalmente dejamos el globo reposando sobre el papel y ya frío lo colocamos boca abajo en el fregadero para pincharlo.
Ahora toca nivelar la parte superior del cuenco. En una sartén caliente lo colocamos hacia abajo y derretimos los bordes hasta encontrar el nivel. 
Me sorprendió que un globo pudiera resistir la temperatura tan alta que coge la cera al fundirse y me vino a la cabeza la idea de que pudiera explotar, pero las explicaciones eran claras y el riesgo pequeño si se hacía correctamente. 
El primero me salió perfecto, el de la foto, el segundo explotó y me tiré un tiempito limpiando las salpicaduras. Conseguí hacer cuatro de siete intentos.

Acabé cansada pero contenta del resultado. Y con algunas conclusiones para otra próxima vez:

Primera: no sumergir el globo más arriba del nivel del agua.
Segunda: la cera no debe estar muy caliente. Hacerla al baño María.
Tercera: nivelar bien el globo cada vez que lo apoyemos sobre el papel para que no quede torcido.
Cuarta: el diámetro de la boca del cuenco no debe ser inferior a 10 cm., así no se corre el riesgo de que la vela pueda calentar los bordes.
Quinta: si estalla el globo dentro del recipiente con cera dejarlo tal cual y esperar a que enfríe. La cera se separará del agua y podremos recuperarla.
Sexta: las primeras veces, hasta que cojamos práctica, colocar el recipiente en el fregadero, si explota las salpicaduras no llegarán a la puerta de la cocina.

Estas deducciones que, algunas, venían bien explicadas en el manual, las novatas, a veces, las pasamos por alto. Lo que siempre digo, tu experiencia y la insistencia es la que mejor te enseña y perfecciona.
Los cuencos los adorné con flores secas pegadas con cola.








29 de enero de 2015

Macerado de pomelo y membrillo deshidratados en aceite de oliva


¿Por qué un día no cocináis para vuestra piel? ¿Tenéis aceite de oliva (vitamina E)?, ¿tenéis zanahoria (vitamina A), o manzana (calcio, hierro, magnesio), o fresa (vitamina C), o apio (potasio, sodio), o pepino (vitaminas A, C, E), o frutas secas (vitamina B)…?, suficiente para haceros un macerado. Fácil, sano y económico. ¿Qué más? Sí, la garantía de saber qué le dais a la piel.
Y si queréis un pequeño toque de olor añadirle unas gotitas del aceite esencial que más os guste: bergamota, lavanda, geranio, naranja...

Para la receta:
Yo utilicé frutas deshidratadas, 100 gr. de cada una. Si vais a hacerlo con fresca poner 500 gr. aprox. en total.


Pelar, picar menuda la fruta y añadirle 500 gr de aceite de oliva. Calentarlo a 37º durante tres horas removiendo a menudo y dejar toda la noche en reposo. Al día siguiente se cuela dos veces, la segunda con una gasa y congelamos lo que no se vaya a utilizar, importante éste último paso si las frutas son frescas, al contener agua, el aceite pude estropearse más fácilmente.









 Jabones elaborados con este aceite