4 de septiembre de 2013

Tortas de pan árabe con harina de trigo negrillo



Conseguir esta receta me costó perder un día de playa y pasar el día más caluroso de aquel verano que, recomendada por un familiar, me dieron una clase magistral de cómo elaborar estas tortas.
La señora árabe que me enseñó vivía en lo alto de un monte en una casa aislada rodeada de eucaliptos y chumberas donde las chicharras gritaban como locas, pero tenía unas vistas al mar impresionantes.
Ella era grande y muy agradable, la casa humilde y relimpia, manteles blancos de esos que dan envidia y muchos cacharros antiguos de porcelana y de aluminio, no voy a olvidar la experiencia. Y lo que tampoco olvidaré será la cámara de fotos que por entonces no llevaba nunca encima.
Me dijo que estuviera atenta a las cantidades pues ella las calculaba a ojo. Cogía puñaos de harina de un saco y los echaba en un barreño de zinc donde había puesto ya el agua disuelta con la levadura. Echó la sal, el azúcar y comenzó a amasar. Qué calor me daba observarla, era una masa de varios kilos que sólo se domaba a puñetazos. Bueno, después de dos horas, aproximadamente, pudimos probar la torta con un poco de aceite y un té. Riquísima.
Importante, para aprender a hacer pan, dar alguna clase donde podáis ver y tocar la masa, es fundamental conocerla personalmente.
Empiezo con la receta.
575 gr. de harina de fuerza
  25 gr. de harina de espelta
360 gr. de agua
 25 gr. de levadura fresca
  7 gr. de sal
14 gr. de azúcar
La masa está hecha en thermomix (se introducen los ingredientes, primero el agua. Trabajar 6 segundos velocidad 6 y 3 minutos velocidad espiga), los que tengan que amasar poner la harina en un bol grande echar la sal y azúcar, mezclar e incorporar la levadura con el agua. Un consejo, según qué harinas necesitarán más o menos cantidad de agua, yo prefiero quedarme corta y echar de principio sólo 300 gr. de agua, si la masa pide más voy echando el resto poco a poco. Y el amasado, pues como más os guste pero tenéis que conseguir una masa blandita y que no se pegue a los dedos.
Dejarla reposar, sin sustos, hasta que doble el volumen, en invierno necesitará más tiempo. Volver a amasar, muy poquito, sólo para quitarle el aire y dividirla en cuatro bolas.
Se necesitan cuatro servilletas de algodón espolvoreadas de harina donde colocar las bolas también cubiertas de harina sobre la superficie. Las tapamos con las puntas de la servilleta y dejamos que levanten un poco (media hora aprox.). Destapamos y aplanamos la masa con la palma de la mano hasta que coja forma de torta (un centímetro y medio de alta), la dejamos reposar unos 10-15 minutos.
Calentamos la sartén con unas gotitas de aceite.
Coger la torta sin que se nos deforme es el truco de la receta. Hay que hacerlo con una tapadera que sea ligera colocándola encima de la torta, sin aplastarla, se agarra una punta de la servilleta y con un movimiento rápido se pasa la torta a la tapadera. Algo parecido a darle la vuelta a la tortilla. Requiere un poco de práctica, pero a veces sale a la primera.
Dejamos deslizar la torta por la tapadera hasta que caiga suavemente en la sartén. A los 7 minutos aprox. levantarla un poco, con espátula y quien pueda con los dedos, para ver si está dorada, si lo está dadle la vuelta. Opcional hacerle un agujerito en el centro, como prefiráis. En otros 7 minutos la sacáis y la colocáis en una rejilla para que enfríe.





 








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