Esta receta pierde la gracia si compráis el pan, hay que
hacerlo, merece la pena.
Ingredientes para la masa:
600 gr. de harina
360 gr. de leche
25 gr. de levadura fresca
1 cucharada azúcar
1 cucharadita sal
Opcional. Podéis incorporar un huevo y unos 40 gr. de
mantequilla, pero ya no es tan ligera.
El procedimiento es igual al de la receta de tortas árabes, así que os lo copio:
“La masa está hecha en thermomix (se introducen los
ingredientes, primero la leche. Trabajar 6 segundos velocidad 6 y 3 minutos
velocidad espiga), los que tengan que amasar poner la harina en un bol grande
echar la sal y azúcar, mezclar e incorporar la levadura con la leche. Un
consejo, según qué harinas necesitarán más o menos cantidad de leche, yo
prefiero quedarme corta y echar de principio sólo 300 gr., si la masa pide más
voy incorporando el resto poco a poco. Y el amasado, pues como os guste pero tenéis
que conseguir una masa blandita, elástica y que no se pegue a los dedos.
Dejarla reposar hasta que doble el volumen, en invierno
necesitará más tiempo”.
Dividirla en dos y colocarlas en los moldes (aconsejo moldes
de aluminio, reparten mejor el calor) ya forrados con papel encerado. Dejarlas
reposar de nuevo, unos treinta minutos, que levanten un poco e introducirlas en el horno previamente
calentado a 180º durante 25 minutos (la temperatura y tiempo son aproximados,
depende de cada horno)
Cuando empiece a dorarse la superficie sacarlas del horno y
del molde, dejándolas enfriar en una rejilla. Conservar las barras en bolsa de
plástico durante dos o tres días en el frigo si queréis continuar con la
receta. Si no, la podéis comer en tostadas que están riquísimas.
Ingredientes para el caramelizado de seis porciones:
300 gr. de leche
1 cucharada de azúcar de vainilla
250 gr de vino blanco
4 cucharadas de azúcar
Hervir la leche con el azúcar de vainilla y dejarla templar.
Remojar las rebanadas (no demasiado para que no se rompan).
En una sartén echar las cuatro cucharadas de azúcar y el
vino blanco. Esperar a que se forme el caramelo, con la textura y el color de
la miel. Apagar el fuego, incorporar las porciones y dejarlas un minuto
aproximadamente, moviéndolas suavemente con dos tenedores. Dadles la vuelta,
esperar uno o dos minutos, que empape bien el caramelo y sacarlas.
Colocarlas en una bandeja mojada con Pedro Ximénez (le da un
buen toque y además evita que el caramelo se pegue al plato)
¿No os recuerda algo a las torrijas? Pero no se fríen!
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