Estas galletitas no son nada complicadas. Nunca me lio con
recetas que den trabajo o lleven ingredientes altos en calorías. Son ideales
para acompañar con el café, ligeras, pequeñas y te dejan un sabor muy rico, perfectas
para las que nos guste terminar las comidas con algo dulce que no empalague.
La primera vez que leí la receta ya me echó para atrás.
Había que hacerlas con manga pastelera, utensilio que me da una pereza tremenda
tener que usar. Y como para todo hay una segunda solución, empleé dos
cucharillas. Después del resultado, no lo aconsejo, están demasiado buenas para
quitarles la estética, merece la pena usar manga, aunque sea una bolsita de
plástico agujereada en uno de los extremos, que es lo que yo utilicé.
Los ingredientes son:
150 gr. de almendras sin piel y tostadas
100 gr. de azúcar
2 claras
1 cucharada de cacao amargo en polvo
1 cucharadita de crémor tártaro. Para las curiosas o las que
no conozcan este ingrediente pongo al final una nota explicativa. Podéis
sustituirlo por una pizca de sal y unas gotitas de limón.
3 gotas de esencia de almendras. Si no tenéis, no dejéis de
hacerlas por este contratiempo, saldrá igual de bien. No sustituirla
por esencia de vainilla, en muchas recetas la agregan y el resultado no es el
mismo, a mí no me gustó, se pierde bastante el sabor de la almendra.
Montar las claras con la mitad de azúcar y el crémor tártaro.
Levantarlas hasta que estén firmes.
Las almendras hay que triturarlas muy bien con el resto del
azúcar agregando a continuación el cacao y las claras.
Mezclar despacio e incorporar la esencia de almendras.
Dejar reposar una hora
Ir montando las galletitas (en forma de copos pequeños) con
la manga pastelera sobre papel de horno. La temperatura de cocción debe ser suave,
no debe sobrepasar los 130º-150º (si os sube la temperatura del horno podéis
abrirlo un poco para reducirla), durante media hora o un poco más. Están hechas
cuando se sueltan del papel.
Veréis qué ligeras son.
El crémor tártaro en repostería se utiliza como
estabilizante para los merengues, soufflés, nata montada, etc. Da firmeza a
estas preparaciones.
También se añade a los dulces para darles una textura más
cremosa y evitar la cristalización del azúcar.
Se puede emplear además para conseguir masas con más
volumen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario